Casi logramos que Valeria no vomite durante el viaje. Estábamos preocupadas por ella y por la altura, llegamos a La Paz y belleza, estaba super feliz, llegamos a Cuzco y todo bien, mientras esperábamos en el avión que éste despegue, mi hermana tuvo la brillante idea de ir al baño y dejármela, todo bien, hasta que Valeria se dio cuenta de su ausencia y comenzó a gritar y llorar, finalmente decidó llevarla a la puerta del baño y ahí siguió gritado hasta que salió su mamá. Uno pensaría que al verla ya se iba a calmar, pero no! siguió llorando y gritando: Mamá, no quiero que hagas pipí, no quiero qu hagas pipí. Lo dijo una vez por cada pasajero en el avión. Y finalmente de tanto llorar vomitó.
Pobre, estuvimos tan cerca de lograrlo.